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La Ruta del Azulejo, otra excusa para descubrir Lisboa

Hoy en día, Lisboa es de las ciudades que más destaca por la gran variedad de formas y estilos de azulejos que le atribuyen a este lugar esa naturaleza tan característica y especial. Asimismo, la capital portuguesa es el lugar idóneo para exhibir el arte de los azulejos del siglo XVI al XXI, y prácticamente en la mayoría de exposiciones se puede apreciar el proceso que va desde la producción artesanal a la industrial.

De esta forma, desde los azulejos utilizados en el siglo XVI que recubrían las fachadas de las iglesias hasta los de estilo contemporáneo que se pueden admirar en las estaciones de metro, podemos decir que no existe ningún otro país en el mundo donde el azulejo tenga tanta relevancia.

Lugares con mucha historia

A pesar de que en el resto de Europa el uso de azulejos es bastante más moderado y escaso, en Portugal al haber sido el revestimiento favorito des reyes portugueses, se empezó a utilizar para decorar en siglo XV y su elevado uso ha perdurado hasta nuestros días.

Con relación a las singularidades que puedes contemplar en esta ciudad, destaca la Quinta de los Azulejos, en el Colegio Manuel Bernaderdes, que se encuentra en el Paço do Luminar. En este caso, la decoración del jardín te dejará ensimismado puesto que las escenas que se encuentran en sus paredes son majestuosas.

No obstante, una de las primordiales causas por las que Lisboa es una parte importante de ruta es porque en esta ciudad se localiza el Museo Nacional del Azulejo. En dicho museo, podrás descubrir los entresijos, las técnicas y la historia de este indispensable componente en la arquitectura portuguesa. Hay que mencionar que en nuestro país también existen espacios como este, por ejemplo, el museo de los azulejos en Sevilla

En definitiva, a parte de estos sitios algunos de los lugares imprescindibles para visitar si se quiere llevar a cabo la Ruta del Azulejo en Lisboa, son los siguientes: 

  1. La Iglesia del Señor de los pasos: En los comienzos del uso del azulejo en las iglesias y palacios, Lisboa tenían a los mejores artistas. Por esta razón en esta ciudad es esencial visitar iglesias como esta (siglo XVI) o la de San Roque.
  1. Palacio de Fronteira: Este palacio es complicado de visitar puesto que solo abre los días laborables y durante una hora al día. Aun así, es completamente recomendable puesto que los azulejos están compuestos por diversos motivos que se complementan con cada una de las habitaciones. Por ejemplo, en la Sala de las Batallas, la cerámica representa las guerras portuguesas.
  1. Metro Parque: Esta estación de metro es considerada un museo al azulejo con una temática marítima. Dicho lugar, está prácticamente cubierto por azulejos incluso las papeleras, pero lo que más destaca es la entrada de la estación en la que se ha integrado el arte actual al antiguo.
  1. Barrio de Alfama: El barrio de Alfama es de los más típicos y tradicionales de la ciudad, cuyos rincones te llevarán por casas cuyos zaguares están revestidos de azulejos, baldosas de santos protectores y plazoletas en las guirnaldas las cuales mezclan con cerámicas de tonos amarillos y rojizos.
  1. Los azulejos ‘’feministas’’ del palacio Belmonte’’: En el barrio Alfama se localiza precisamente el Palacio Belmonte, el cual concernió a Álvaro Cabra, el conquistador de Brasil y que actualmente es un fantástico hotel boutique. En la Sala del Gobernador encontramos un panel ‘’feminista’’ del siglo XVII el cual consta de una señora de la época asentada en actitud provocativa y fumando un puro.

El arte de los azulejos en Lisboa no solo se va renovando constantemente, si no que se conserva vivo y está integrado en los paisajes del pueblo y las ciudades.

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